¿Cómo había llegado hasta allí? No lo recordaba, un vacío
incalculable conspiraba contra él. ¿Qué era todo aquello? -¡No lo soporto!
¡Despiértame!- se decía, mascullando entre dientes. ¿Por qué estaba allí?¿Qué
lo había traído? No había ninguna referencia, nada que le diese pistas sobre
dónde estaba. De pronto… ¡BAM! se dio cuenta, una luz blanca iluminaba el
horizonte. ¿Dónde estaba? ¿Qué era aquello? Todo era negro a su alrededor…
menos esa luz… ¿Qué era? ¿La seguiría? -¡Sí!- otra vez, mascullando se dijo.
¿Qué otra cosa hacer?.
Siguió buscando, siguiendo aquella luz. Nada parecía tener
sentido hasta que se golpeó en la espinilla contra algo -¡Dios! No puede ser…
¡Una lápida!- La luz, brillando desde la lejanía, iluminaba el contorno y las
inscripciones de la misma. Leyó, forzando la vista, las palabras de esa maldita
piedra. Se leía: Corto Vesina 1893-1928.
¿Qué mierda era eso? ¡Una lápida en medio de lo que parecía ser la nada más infinita!
¡¿Qué nueva jugarreta me han jugado ahora?!.
-¿Quién era este desgraciado? No entiendo nada…- Se paró un momento,
sentándose frente a aquella misteriosa coincidencia. -¿Coincidencia? Esto debe
ser un sueño… ¡Sí eso, un sueño! Seguiré a aquel faro, parece querer guiarme a
algún sitio.
Continuó caminando por aquel camino, todo era un ancho
espacio a su alrededor. Pensó que aquel sueño era el más largo que había tenido
nunca, nada parecía acabarse… nada parecía tener sentido. De repente, como de
la nada, empezaron a salir plantas, árboles, flores, hojas, todo a su
alrededor. Un mar de verde le embullía, una selva le había emboscado sin previo
aviso. Decidió seguir ¿qué hacer sino ante aquel signo mayúsculo de
interrogación?
En la selva se encontró pájaros de millares de colores, a
juego con las plantas y a juego con las flores, felinos de larga cola y monos
tirando rosas. Ninguno le atacaba, ninguna parecía darse cuenta de su
presencia. ¿Quién urdía todo este circo? ¿Qué es lo que trajo aquí a estos
animales de la nada? ¿Me cegaría la luz la vista? ¿Me habría impedido ver las
cosas a mi alrededor?
Caminando llegó a un claro, todo era calma, no había
animales pero si algunas florecillas, fue a arrancar una para olerla y al
acercar la mano vio una ensangrentada calavera. -¡AAAA!- gritó, su voz silenció
los ruidos a su alrededor. Todo era mudo, quieto, estático… parecía que el
corazón le fuera a estallar. Dio un pasó y algo crujió bajo sus pies ¡otra
calavera! -¡¡¿QUÉ ES ESTO?!!- echó a correr sin mirar hacia dónde iba y algo le
golpeó en la cara. Cayó de bruces contra el suelo. Abrió los ojos y una gran
piedra le tapaba el camino. Se levantó de un salto y miró a la piedra. Tenía una inscripción:
los que no conozcáis el amor no continuaréis el camino.