Por alguna razón

Por alguna razón he venido hasta aquí,
quizá esa razón sea el reto que se cruzó
para acercarme a ti, despejar la niebla
que nos impedía ver todas las estrellas.

Yo sigo en mi espera, en mi corazón,
peleando, sufriendo, buscando, con tinta
y sangre, en mi camino: la libertad,
para compartirla tú, yo y aquella estrella.

Siente tu camino, mira alrededor,
deja por guía al sentimiento, y tu Don:
síguelo, escúchalo, abre la puerta

de la realidad mágica, la locura,
la intuición con su exactitud y peligro.
Abre los ojos a la naturaleza.

Rosa de olvido

En la marea baja, el mar como un plato,
sentí cómo te perdía, pequeño golpe.
Sentí cómo claudicabas, ¿lo hice yo?
¿Me has visto alguna vez dejar de pelear

cuándo mis sueños hablaban y gritaban
para que yo siguiese tu olor, tu estrella?
¿No he sufrido yo voces llenas de veneno?
Pelea. Éste es tu camino, tu prueba.

Ves cosas: otras realidades: la verdad.
No malgastes tu Don, tus sueños, tu amor,
y que tu herramienta sea tu corazón.

Caminas por la calle "Verme marchar".
Llevas por perfume la "rosa de olvido".
Muere en ti la luz de tu corazón.

Me duele

Me duelen los ojos de no verte,
el alma al alejarte tan lejos
y los dedos de no acariciarte,
los pies de no caminar contigo

y el oído de no escuchar tu voz
y hasta la voz de no hablar contigo.
Me duelen los pájaros que no hablan
ni cantan para mí sobre ti.

Me hace temblar el frío de tan lejos
que te encuentras, me tiembla hasta el alma,
pero vuelven todos estos pájaros

y cantan canciones de esperanza.
¡Viva el verano! ¡Viva el calor!
El destino te puso a mi lado.

¿Qué es?

¿Qué es un pájaro sin vuelo?
¿Qué es la tierra sin el Sol?
¿Qué es la abeja sin la flor?
¿Qué sería yo sin tu pelo?

Soledad, hielo, horror.
Sin tu estela me perdería
entre hienas, tormento y espinas
en un pozo de terror.

Sin vuelo, ave sin alas,
así estoy: solo, decaído
con piedra por corazón,

porque a base de palabras
lejos te escapas del nido
que nos construyó el amor.

Mío es

Mío es el cielo,  azul como tus ojos.
Mías son las aves: elegantes, libres
como tu corazón, que me habla y vuela
por los valles y montañas de mi alma.

Mío es el mar, y el río, gotas de sudor
y lágrimas en la inmensa distancia
que me he dejado al seguir mi camino.
Cada día más cerca de mi tesoro.

Lleva alerta la gaviota, ¡cuidado!
Y también atención con la paloma.
¡viva el gorrión, ruiseñor, colirrojo!

¡Viva el Sol, cielo azul! ¡Viva el poeta!
Cada vez más cerca: ¡la libertad!
Casi olvido lo que es la intimidad.

Cada vez

Cada vez que trato que de mí brote la cascada
de palabras que hablen a todos, a ti, a tus ojos,
encuentro una batalla con mi némesis por dentro
de mi alma, y de mi lucha sale el verso que sangro.

Este es mi cuaderno de sangre, sudor, voluntad,
y en todo estás tú, por dentro y por fuera, lo natural
que me rodea y sigo: estela mágica del sueño:
¡el fin de mi maldición y castigo, enemigo!

No quiero nada que no pueda compartir contigo.
¿Para qué quiero lo que espero si tú no me esperas?
Quiero libertad para todos, para estar contigo,

yo, y tú conmigo, fundar nuevas constelaciones.
Cada día una nueva batalla que trae el viento y el ave.
No espero nada y así seguir adelante y vencer.

Por

Por el amor con el que esperas.
Porque me quedan piel y voluntad.
Por estar en las aves cuando llevan
mensajes, alertas, de amor y mal.

Por los sueños que me llevan a ti.
Por esta tormenta que nos separa
hecha de odio hacia quien quiere vivir.
¿Quién conoce la lucha de mañana?

Porque el misterio me lleva hacia ti
por encima del mal a mis espaldas,
con la pura voluntad de vivir.

Tendremos victoria los solidarios,
se castigará la envidia, el odio.
Son la fe, el creer, los que hacen milagros.

Con el corazón

Las semanas son largas,
los días recorren un río
de dolor con un pío-pío
de canciones amargas.

Con el corazón toco
mi amoroso retorno,
calor en el contorno
y tu azul: fuerte, loco.

Descubro un secreto:
la niebla y la campana;
un día: un nuevo reto;

la voz mágica y llana
de la naturaleza,
del poeta del mañana.

Amanecer

Quiero amanecer
como amanecen los pájaros:
cantando.

Quiero rondarte,
acercarme suavemente
asegurándome de que me buscas con la mirada,
posarme en tu mano,
que me beses
y me dejes volar.
Porque yo siempre estaré rondándote
para cantar
sobre lo que el viento traiga
y el verano cambie.

Seré un colirrojo un gorrión un mirlo,
pájaro de bajo vuelo
y nido cercano.

Soy ese pájaro
aquel pájaro
todos los pájaros
que vienen en tu ayuda
y cantan más alto
con un sol imponente.

El muro

Un muro,
un muro de niebla
en el valle
de mi pensamiento.

Lo va cubriendo todo,
como la oscuridad
que envenenó mi corazón.

Se acerca,
la distancia es un recuerdo,
solo espero que tu luz
se abra paso.

Ni un solo pájaro
volando
entre el agua oscura que flota.

Devora los árboles,
devora el campo,
devora el monte.

Yo enciendo una luz,
y así sepas
que mi fuego espera por ti.

Entonces la campana.
Una muerte que se anuncia.
Entonces ama,
porque el amor nunca renuncia.

Una noche
triste
sin estrellas,
pero queda una luz
caída de lo oscuro
para iluminarme,
en su distancia,
con una gota brillante de esperanza.

Se abre paso esa luz
y le llueven
no solo obstáculos,
sino gotas mágicas
de cambio.
Son gotas oscuras
de núcleo luminoso
que inundan el corazón
de fuego fuerza y amor.
El amanecer en la noche que nos separa.

¿Qué sería sin la envidia?

¿Qué sería del pájaro
sin el insecto?
¿Qué sería de mí
sin el pájaro?

¿Qué sería de mí
sin las dificultades en mi camino?
Me ayudan a afilar la espada
de mi voluntad.

¡Oh, envidia!
¿Tendría mi poesía
esa fuerza de metal
si no la hubiese forjado
en la pelea contra tus miserables mensajeros?

En su imaginación
mis enemigos viven
en el trono del máximo poder.
En su imaginación
son los dueños
de una inteligencia sin igual.
En su imaginación
el miedo puede,
el odio vence
y las amenazas
son la fórmula de la victoria.

No sé qué sería de mí
sin su estupidez,
¿cómo podría vivir
sin su arrogancia?
Megalomanía napoleónica
del que siempre ciego
siempre se ve vencedor.

Nada han aprendido.
Nada han entendido.
¡Viva la arrogancia
del degenerado perdedor!

Cuando

El odio es el mayor enemigo de la creatividad.
Todo lo hecho por amor, ayuda, aunque se esté equivocado, al artista.
¿Cómo se puede llamar artista al que no habla con su corazón?

Contra estas dificultades forjo mis poemas.

A todos les han entrado ratas en su casa.
¿A alguien le ha entrado una rata en el corazón?
Conozco a muchos que son ratas de corazón.

En esta pelea sangro cada palabra.

Cuando tienes que pelear, pero no tienes más fuerzas.
Cuando tienes fuerzas, pero no es el momento.
Sacas fuerzas de donde no las hay, y peleas.
Inspiras, expiras, y tu pelea es tener paciencia.

En el invierno y en el verano de mi guerra, eso es lo que aprendí.

Cuando necesitas saber cosas que no se pueden saber.
Cuando necesitas una ayuda que crees no llegará.
Observas la naturaleza, que está ahí para ayudar.
Esa ayuda llega de donde nunca pudiste imaginar.

Así es cómo yo atravieso caminos de sombra.

En lo más terrible

Cuando más cerca estaba del abismo,
cuando me cercaba la noche sin estrellas
y la oscuridad me rodeaba,
se abrió paso
tu luz.

Cuando más necesitaba
que alguien me ayudase
con la terrible losa
que tenía por carga,
me bañé en la alegría
que regalaba tu presencia.

Yo te pedía y te necesitaba,
y no me arrepiento de que esto haya ocurrido
porque tú estabas en ese camino.

En la más oscura desesperación,
en el dolor más terrible,
apareciste tú
y nuestras estrellas
se persiguen entre ellas
para fundar su galaxia.

Desde entonces: la espera,
la lucha.
Desde entonces la primavera.

Poesía

El amor abrió una puerta,
el sentimiento se hizo palabra,
mi corazón dejó impregnado aquel papel
y mi sueño tomó forma.

Se abrieron las puertas del mar,
los ríos desbocaron sus caudales.
Se iluminó un foco,
una luz me rodeaba.

En algún lugar,
en algún punto del infinito,
se encendió una estrella
solo para mí.

Eran palabras de buena fe
que mucho les faltaba por pulir.
Las ideas no estaban claras
y mucho quedaba por aprender.

Exploraba nuevas tierras,
salvajes,
sin entender todo lo qur decía mi maestro,
descubriendo algunas feas flores.

Pero mi corazón buscaba
amor con el que sangrar,
y la palabra fue tan necesaria
como el polen a la tierra.

Y así el corazón se convirtió en mi motor
y todo lo que me rodeaba
tenía vida, tenía alma,
tenía su propia estrella.

Desde entonces todo es magia.
Desde entonces llueven brillan cantan y vuelan
mis sueños.

¿A dónde?

¡Cómo envidio al pájaro!
Al que no le pesan las penas
en su vuelo limpio por el cielo
y el corazón consigo lleva.

¿A dónde me llevas?
Con esta disciplina que me impregna
el sueño de tus ojos y tu boca
y el olor a rosas de tu estela.

¿A dónde me llevarán estas labores?
¿Será mi destino de poeta
cantar toda mi vida a ti y a mis dolores?
Viviría cantando mi alegría a tus dones de primavera.

Te quiero porque tienes
la fuerza de la cólera del viento,
y tu voz la magia y belleza
a la que ningún pájaro llega.

Y solo puedes ser tú,
porque eres la magia
que me habla, siempre azul,
y cierra en mi alma toda llaga.

No lo voy a negar,
no sé por qué se vuelve gris el cielo
y comienza a llorar,
solo sé que es el azul por lo que espero.

No me proclamo

No me proclamo maldito,
proclamo el sufrimiento
del invisible
castigo
en mi cuerpo.

Eso que no entiendo:
¿qué demonio
metió a este demonio mi cuerpo?

No me proclamo maldito,
pero... denle otro nombre,
¿qué es un vudú?
Mi castigo
a ustedes les dejo
que lo nombren.

No estoy maldito,
pero esto es un arte negra.

Envidia

Por alguien que prefiere guiarse por la envidia
y llenarse de odio, alguien que se rebaja
tratando de herir a otro, humillando a todos
los que la rodean: falsas amistades ¡falsas!

Sin amor a nadie, porque ni ella se quiere.
No hablo de una persona, sino de una mierda
que se arrastra por la vida odiando envidiando
mintiendo. Yo la quise una vez y me hizo esto.

Su vida es este mensaje: ¡arriba la muerte!
¿La seguirá alguien cuando la verdad la venza?
Su padre llegará a su destino: la cárcel,

sus lacayos seguirán su destino: perros,
su madre follará con su hermano ¡hiena! ¡perra!
Y todo esto empezo con un sueño: mío, ¡mío!, ¡MÍO!

¡Que viva!

Mío es el cielo, azul como tus ojos.
Mías son las aves, elegantes, libres
como tu corazón que habla y vuela
por los valles y montañas de mi alma.

Mío es el mar y el río, gotas de sudor
y lágrimas en la inmensa distancia
que me he dejado al seguir mi camino.
Cada día más cerca de mi tesoro.

Lleva alerta la gaviota, ¡cuidado!
Y también atención con la paloma,
¡Vivan estornino, mirlo, gorrión!

¡Viva el Sol, cielo azul! ¡Viva el poeta!
Cada vez más cerca: ¡la libertad!
Casi olvido lo que es la intimidad.