miércoles, 16 de julio de 2014

¿Qué sería sin la envidia?

¿Qué sería del pájaro
sin el insecto?
¿Qué sería de mí
sin el pájaro?

¿Qué sería de mí
sin las dificultades en mi camino?
Me ayudan a afilar la espada
de mi voluntad.

¡Oh, envidia!
¿Tendría mi poesía
esa fuerza de metal
si no la hubiese forjado
en la pelea contra tus miserables mensajeros?

En su imaginación
mis enemigos viven
en el trono del máximo poder.
En su imaginación
son los dueños
de una inteligencia sin igual.
En su imaginación
el miedo puede,
el odio vence
y las amenazas
son la fórmula de la victoria.

No sé qué sería de mí
sin su estupidez,
¿cómo podría vivir
sin su arrogancia?
Megalomanía napoleónica
del que siempre ciego
siempre se ve vencedor.

Nada han aprendido.
Nada han entendido.
¡Viva la arrogancia
del degenerado perdedor!

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