¡Cómo envidio al pájaro!
Al que no le pesan las penas
en su vuelo limpio por el cielo
y el corazón consigo lleva.
¿A dónde me llevas?
Con esta disciplina que me impregna
el sueño de tus ojos y tu boca
y el olor a rosas de tu estela.
¿A dónde me llevarán estas labores?
¿Será mi destino de poeta
cantar toda mi vida a ti y a mis dolores?
Viviría cantando mi alegría a tus dones de primavera.
Te quiero porque tienes
la fuerza de la cólera del viento,
y tu voz la magia y belleza
a la que ningún pájaro llega.
Y solo puedes ser tú,
porque eres la magia
que me habla, siempre azul,
y cierra en mi alma toda llaga.
No lo voy a negar,
no sé por qué se vuelve gris el cielo
y comienza a llorar,
solo sé que es el azul por lo que espero.
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