martes, 15 de julio de 2014

Poesía

El amor abrió una puerta,
el sentimiento se hizo palabra,
mi corazón dejó impregnado aquel papel
y mi sueño tomó forma.

Se abrieron las puertas del mar,
los ríos desbocaron sus caudales.
Se iluminó un foco,
una luz me rodeaba.

En algún lugar,
en algún punto del infinito,
se encendió una estrella
solo para mí.

Eran palabras de buena fe
que mucho les faltaba por pulir.
Las ideas no estaban claras
y mucho quedaba por aprender.

Exploraba nuevas tierras,
salvajes,
sin entender todo lo qur decía mi maestro,
descubriendo algunas feas flores.

Pero mi corazón buscaba
amor con el que sangrar,
y la palabra fue tan necesaria
como el polen a la tierra.

Y así el corazón se convirtió en mi motor
y todo lo que me rodeaba
tenía vida, tenía alma,
tenía su propia estrella.

Desde entonces todo es magia.
Desde entonces llueven brillan cantan y vuelan
mis sueños.

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