domingo, 31 de agosto de 2014

Mi musa. Mi maestra. Mi amor.

Es de tal profundidad
tu belleza
que no existe pintor
ni poeta,
que pueda atrapar
ni en locas ráfagas de viento
ni en la más roja puesta de sol
brillando
sobre la alfombra de azul eterno
de los mares y océanos que forman la vida en la Tierra,
la luz mágica que regala tu sonrisa
ni el azul salvaje, incontrolable,
con el que tus ojos regalan esperanza al mundo.

Podría observar durante toda la eternidad
las estrellas,
y nunca, ni una ni todas,
me regalarían la luz
con la que me empapa tu mirada.

Tú eres la esperanza de la humanidad,
yo solo he sido un loco
que a través de años de mirar al cielo
se ha dado cuenta
de que no es el Sol el amante del Planeta,
sino tu corazón
y la estela de milagros
que siembras
como la magia de la primavera.

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