miércoles, 13 de noviembre de 2013

Homenaje a Dante

Dos ojos:
azules como una batalla de olas;
grandes como de luna;
mágicos: luz de las estrellas.
Me observan inquietos,
brillantes, inmóviles,
esperando…

La melena:
negra como el aceite de roca;
lisa como el mármol;
larga como los caminos
que llevan a Dios.

Toda ella es una estatua
de transparente cristal.
Lo que ella hace me lo cantan
las voces del más allá.

Dulce, como una buena golosina;
buena, como el sol en invierno;
reina de todas mis primaveras;
la Beatriz de mis infiernos.

Ella me llevó
flotando sobre los pétalos
de la profunda tierra
volando hasta el sol.

Su voz es el canto del paraíso,
embriagadora como el licor.
Lo reconocen todos los oídos:
tiene flores en el corazón.


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