martes, 4 de febrero de 2014

El ritmo de la estación

En el suave latir de los segundos
cuento cada minuto, cada hora
para con mi voz regar el mundo
de la llama fácil de la aurora.

El aire es suave, el viento es lento,
pero mientras la estación en el pecho se me clave
tendré este ritmo que me sirve de sustento
y mi corazón surcando el cielo será el ave.

Todos los días siento, presiento y escucho.
La intuición es el más dulce invento
del triste ser humano, lo cual no es mucho
si no se pelea hasta el último aliento.

Todo el agua de este mar
furiosa, desbocada, terrible,
no me permite olvidar
la gravitación de lo imposible.

Entre tú y yo, sabemos
que la estación sigue del cambio la vereda,
¿y cuando llegue el verano? Veremos
a dónde nos lleva.

Busca en el viento libre
ser el sol surcando el cielo.
Busca ser un imposible
que yo buscaré la flor entre tus pelos.


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