Gusto, ya lo
entiendo,
de arrancarte
con la boca,
te lo estoy
pidiendo:
quiero más
piel y menos ropa.
Quiero, con
el tacto
de mi flor
quemada,
verte desde
dentro, al contacto:
cuerpo a
cuerpo; calor, fuego, llamarada.
En el ascua
de mi fuego
interno
echas brasa
y me
caliento.
Y de tanto
calentarme: la explosión,
me falta el
aliento.
Llevo en el
pecho, en la camisa, en el corazón
esa sonrisa
cerrada que entierra el beso que me invento.
Enséñame los
dientes
que busco
despertar.
Quiero que te
sientes
y me hagas
caminar.
Busco del
verso
la palabra
helada.
Fuera del
vacío en que me veo inmerso
veré tu cal
mojada.
Y allá,
afuera,
buscaré entre
tus valles y montañas
la solución a
este deseo que me quema,
que insinúa
el movimiento de tus pestañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario