Se cruzó conmigo,
gaviota traicionera.
Me di la vuelta
buscándole el sentido.
¿Dónde estáis,
malditas golondrinas?
No sé a dónde vais,
pero haré lo que me pida.
Y entonces miro al cielo,
¿qué he hecho mal?
Me lleva al rumor de su pelo,
¡no quiero una vida normal!
Con mi maldición
y mis grilletes,
de locura recibo doble ración
¡y hasta me mueven los dientes!
Y estoy tan cerca, tan cerca
de algo que desconozco,
de lo que hay al abrir la puerta,
del futuro, de la incógnita, poco a poco.
Ni se me aparece en sueños
ni veo sus ojos,
si verla no puedo
hasta el Sol me sabe a poco.
Y es mi enemigo
el que me hace sufrir castigo
en el intestino.
No hay comentarios:
Publicar un comentario