Me entretengo en el patio
esperando a que vuelva a florecer mi corazón,
que tanto tiempo lleva hibernando,
y recuerdo que el "no apetece" no es razón
para no salir a escribir al patio.
De disciplina estoy recibiendo lección
así el Sol me siga el paso
y no se quede atrás el calor.
Me tienen envenenado el pensamiento,
pero todavía bien razono:
he visto su conciencia ¡terrible mutilamiento!
Muerta al fondo de un pozo.
Pasa el día y me aburro,
entonces llega ella
y por ella subo y subo y subo
más allá de las estrellas.
Se mueve el cielo
y allá voy,
a trabajar con celo
tal día como hoy.
¡Ya no me aburro!
Esto es más que diversión,
es la pelea con el susurro
y por el retorno de mi corazón.
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