La voz de mi enemiga,
cobarde, intenta mi martirio.
La pobre, no tiene una amiga,
solo niñas sin sangre que al cobarde dan cobijo.
Tratan de arrancarme el sosiego
y arrastrarme a la locura.
¡Perdedora! El amor es para ti un ciego,
un necio, enemigo que te va a pasar factura.
Te rodean mentiras
y mentiras llevas dentro,
ve tu desgracia todo el que te mira,
¡estar contigo es peor que cargar con un muerto!
Eres la vergüenza de mi ciudad
y de mi país.
Se humilla todo el que te quiere tocar
y el que se cree querido por ti.
Te llevaré a dónde mereces,
¡oh puta sin medida!
A la prisión donde comen heces
todas, todas las pijas.
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